Tapas y pinchos populares: orejas rebozadas.

1.- Limpia las orejas. Pon una buena cantidad de agua y un chorro de vinagre de vino blanco en un bol. Coloca las orejitas dentro y déjalas así durante aproximadamente una hora. Saca las orejas del agua y límpialas una a una. Ábrelas con la tijera y retira la zona más gruesa. (Mira en el vídeo cómo lo hago).

2.- Cuece las orejas. Coloca las orejas en una cazuela con agua, una cucharada de sal, unos granitos de pimienta y unas hojas de laurel. Lleva la cazuela al fuego y deja cocer durante aproximadamente 45 minutos o hasta que las orejas estén bien tiernas pinchándolas con un tenedor.

3.- Escurre las orejas y, para que mantengan su forma, atraviésalas con un palillo hasta que se enfríen. Retira algún resto que pueda hacer quedado con un papel absorbente.

4.- Rebózalas. Pasa cada oreja, quita el palillo primero, por harina y por huevo batido.

5.- Fríe las orejas. Pon una buena cantidad de aceite para freír en una sartén al fuego. Coloca las orejas cuando el aceite esté caliente. Una vez fritas por un lado, dales la vuelta procurando que el aceite llegue bien a todas las partes. Retíralas a un con papel absorbente cuando estén fritas por las dos caras.

Presentación:

Puedes ponerlas en una bandeja

Para comerlas como un pincho, pon cada oreja encima de una rebanada de pan, una tira de pimiento y otra rebanada de pan. Puedes ponerle una chispita de sal.