1.- Prepara la salsa. Pon una sartén al fuego con un buen chorro de aceite de oliva o el aceite que normalmente utilices para cocinar. Añade los ajos laminados cuando el aceite esté caliente. Baja el fuego cuando empiecen a dorarse y añade los tomatitos. Sazona con sal, pimienta molida y especias al gusto. Mueve bien y, a fuego bajito y tapados, deja que se confiten.
2.- Cocina el pollo. Añade un buen chorro de aceite de oliva en una sartén o en una cazuela y fríe los muslitos. Pon un poco de sal y pimienta negra molida. Añade también una cabeza de ajos desgranada. Cocínalo tapado y ve moviéndolo de vez en cuando hasta que quede dorado por igual por todas las caras. Cuando el pollo esté dorado, añade el vaso de vino blanco y la hoja de laurel. Retira la sartén cuando se haya evaporado el alcohol del vino y el pollo esté dorado.
3.- Retira los tomates del fuego.
4.- Para servirlo, coloca los muslitos en una bandeja y añade la salsa por encima. Los tomates los puedes servir a parte o en la misma bandeja. Ya lo tienes listo para comer.
Mis consejos para preparar Pollo al ajillo:
Loa ajitos puedes comerlos porque están caramelizados y quedan muy ricos.
Es una receta muy económica con la que quedar de lujo tanto para diario como para cualquier tipo de celebración. Me encanta cocinar pollo porque tiene muchísimas posibilidades. Ya ves que con una original guarnición la receta queda de 10.
Mi recomendación:
Si te gustan las recetas de pollo, no te pierdas este recopilatorio con 4 recetas de pollo para lucirte
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