1.- Prepara la salsa. Pon un poco de aceite de oliva en una sartén al fuego. Añade el tomate triturado y un poco de azúcar para corregir la acidez. Pon también un poco de sal, pimienta negra molida y unas hojas de albahaca fresca. Deja cocer hasta que reduzca, aproximadamente durante 45 minutos, removiendo de vez en cuando.
2.- Prepara las berenjenas. Corta las berenjenas en láminas de 5 o 6 milímetros. Yo he utilizado una mandolina, pero las puedes cortar perfectamente a mano. Añade abundante sal a cada berenjena para que suden y déjalas durante media o una hora. De esta forma, las berenjenas perderán un poco de agua y, si son amargas, también perderán amargor.
3.- Tritura un poco la salsa con un pasapuré.
4.- Lava bien las berenjenas y sécalas bien, entre papel absorbente, antes de cocinarlas.
5.- Fríe las láminas de berenjena en una sartén con una buena cantidad de aceite a fuego vivo hasta que se doren por las dos caras. Retíralas a un plato con papel absorbente cuando estén doraditas por las dos caras.
6.- Precalienta el horno a 200 grados con calor arriba y abajo y sin ventilador.
7.- Pica bien pequeña una cantidad de albahaca al gusto.
8.- Bate dos huevos.
9.- Monta la bandeja. Pon una base de la salsa en la bandeja extendiéndola bien. Coloca una capa de berenjenas encima intentando que se solapen unas sobre otras. Pon ahora un poco de queso parmesano rallado por encima. Cubre con mozzarella y un poco de albahaca. Por último, pon unas cucharaditas de huevo batido. Repite el proceso de capas hasta acabar la berenjena. Termina la bandeja con una capa de tomate y queso parmesano rallado. Pon unos trozos de mantequilla por encima.
10.- Hornea la lasaña a 200 grados con calor arriba y abajo y sin ventilador durante 15 minutos.
Mi consejo para preparar estas Berenjenas a la parmesana:
Esta es la mandolina que uso en el vídeo. Ya sabes que no es necesario que utilices una mandolina porque se puede cortar a mano, pero es una de esas herramientas económicas que nos facilitan bastante el trabajo.
Para servirla, haz unos cortes para dividir la lasaña en raciones ya que te será más fácil y limpio poner las reciones en los platos.
Acuérdate de reducir bien la salsa de tomate para que no quede agua.
Puedes acompañar la lasaña con alguna guarnición a base de patata y te quedará un plato de escándalo. Es perfecta como plato único para una cena sana y deliciosa a la vez.
Mi recomendación:
Si te gustan las berenjenas tanto como a mí, echa un vistazo a estas Berenjenas rellenas de pollo
Causarán sensación en tu casa y verás como se convierte en un plato único perfecto para cenar esos días que quieres algo rico y rápido. Comer berenjena así, con ese gratinado por encima, es una auténtica delicia.
Te dejo también estas guarniciones con patatas porque ya sabes que un plato bien acompañado se disfruta el doble y la patata es muy económica y versátil.
5 recetas de guarniciones con patatas
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